Estudio: Los problemas que aquejan a la capital

El Observatorio de Ciudades Sucre (OCS) realizó un análisis de la situación actual de la capital del país en el que destacan varios problemas relacionados con el desarrollo urbano y la calidad de vida de sus habitantes. Este estudio, basado en datos e indicadores, pone de manifiesto un crecimiento desordenado de la ciudad y señala áreas críticas que requieren atención inmediata.

Esos datos se encuentran incluidos en el ‘Primer Reporte de Datos y Análisis de la Ciudad de Sucre’, que fue elaborado durante tres años por un equipo de profesionales. El OCS está compuesto por la Universidad San Francisco Xavier, la Universidad Andina Simón Bolívar, el Colegio de Arquitectos de Chuquisaca y la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo de Chuquisaca (Cainco).

HALLAZGOS

La arquitecta Carla Jaliri, coordinadora del OCS, reveló a CORREO DEL SUR que entre los hallazgos más interesantes se encuentra la insuficiencia de áreas verdes, lo que limita el acceso de la población a espacios recreativos y de esparcimiento.

“La cantidad total de área verde registrada es de 1.240.500 m², lo que equivale a 4,18 m² por habitante según la población proyectada para 2024. Este valor está significativamente por debajo del estándar recomendado por ONU-Hábitat de 15 m² por habitante, hecho que refleja una necesidad crítica de aumentar los espacios verdes para mejorar la calidad de vida urbana, mitigar el calor, promover la salud y fortalecer la cohesión social”, revela el informe.

Jalari también explicó que el transporte público no logra cubrir adecuadamente toda la extensión de la mancha urbana, dejando a muchas barrios sin opciones de movilidad eficiente.

“La cobertura espacial del 72,50% de la superficie urbana indica que una parte importante de la población tiene acceso a transporte público. Este dato deja ver que, aunque la cobertura del servicio público de transporte es relevante, más del 25% de la superficie carece del servicio o es insuficiente. Ciudades como Cochabamba alcanzan coberturas mayores al 95%. Este hecho obliga a la población de Sucre a depender del transporte privado”, establece el OCS.

El informe también subraya que el crecimiento poblacional avanza a un ritmo más acelerado que los procesos de planificación urbana, lo que genera presiones sobre los servicios básicos y la infraestructura existente. Esta disparidad se traduce en un aumento de problemas como la congestión y la falta de servicios adecuados.

Según la arquitecta Jaliri, Sucre crece de manera desordenada hacia el noroeste  (Lajastambo) y el sudeste (El Abra), y sin servicios básicos como agua, luz, gas domiciliario e internet.

Otro aspecto es la tenencia del suelo, que se encuentra mayormente en manos privadas. Esta situación limita el acceso de la población a los beneficios de proyectos e infraestructura pública.

Con estos resultados, el OCS insta a las autoridades a implementar políticas más efectivas que garanticen un desarrollo urbano sostenible y equitativo. “El Observatorio proporciona datos actuales de primera mano e imparciales que ayuden a la gestión de políticas públicas. Es decir que no estén manipulados por temas políticos y que sirvan para que la Alcaldía sea eficiente y eficaz con sus decisiones”, finaliza el documento.

PLANOS

Solo el 68,50% de los planos de proyectos arquitectónicos y urbanos presentados al Gobierno municipal en 2023 han sido visados. Esto significa que poco más del 30% de las edificaciones no han sido registradas por el Colegio de Arquitectos, lo que representa un incumplimiento de la Ley 1333.

Sucre: La mancha urbana llegaba a las 6.450,35 hectáreas en 2023

El Observatorio de Ciudades Sucre (OCS) realizó un estudio sobre la evolución de la mancha urbana desde 1777 hasta 2023. Los datos demuestran el crecimiento y la expansión del área urbana a lo largo de más de dos siglos. 

Inicialmente, la mancha urbana era compacta y limitada, pero se ha expandido significativamente, sobre todo, durante los siglos XX y XXI, reflejando así un crecimiento acelerado.

Entre 1777 y 1803, la expansión fue relativamente moderada, pasando de 126,6 a 157,76 hectáreas. Un crecimiento significativo comienza a ser evidente a partir del siglo XX, especialmente entre 1968 y 1985, cuando la superficie aumentó de 373,53 a 1.140,38 hectáreas, lo que marca un proceso de urbanización acelerada. 

Este ritmo de crecimiento continuó con un salto considerable de 1.140,38 hectáreas en 1985 a 4.149,82 hectáreas en 2008. Se trata de un período de intensa expansión urbana. Para 2023 la mancha urbana alcanzó las 6.450,35 hectáreas, aproximadamente.

El 12,57% de los lotes en Sucre son baldíos

Hasta el año 2018, el 12,57% de los lotes en Sucre eran considerados baldíos u ociosos, es decir, terrenos que no cumplían con la función social establecida por la Constitución y las leyes del país. Ese porcentaje representa una parte significativa del territorio que permanece sin uso productivo, a pesar del creciente crecimiento urbano de la ciudad.

Según un estudio sobre la tenencia de suelo en Sucre, basado en el catastro de 2018, de un total de 66.886 predios, 12.091 eran de propiedad pública (18,07%) y 54.795 predios privados (el 81,93% restante). Este panorama refleja una clara concentración de la propiedad en manos privadas, mientras que los espacios públicos están limitados principalmente a áreas específicas como vías, áreas verdes y equipamientos urbanos.

La gran mayoría de los propietarios de los lotes baldíos parecen preferir mantener estos terrenos sin desarrollar, en una estrategia que busca aprovechar el aumento de la plusvalía o el valor del suelo a lo largo del tiempo.

Sin embargo, este comportamiento genera un doble perjuicio: por un lado, contribuye a la expansión desmedida de la ciudad y encarece los costos de los terrenos; por otro, representa una oportunidad desaprovechada para que el Gobierno municipal implemente políticas que hagan cumplir la función social de la propiedad, tal como lo manda la Constitución.

Esta situación ha sido señalada como uno de los principales factores que contribuyen a la presión sobre el espacio urbano, ya que los lotes baldíos afectan la ordenación del territorio, limitan el desarrollo de infraestructura adecuada y aumentan los costos de vida en la ciudad. A pesar de ser una oportunidad para mejorar la calidad de vida de los habitantes, estos terrenos siguen siendo un desafío para la administración municipal.