Iglesia católica condena la violencia y lanza un “llamado urgente al diálogo” ante la crisis en Bolivia

La Conferencia Episcopal Boliviana (CEB) emitió este jueves un comunicado en el que condena los recientes hechos de violencia en el país, que derivaron en la muerte de ciudadanos en Llallagua y Cochabamba, y lanzó un “llamado urgente al diálogo y a la pacificación” a todos los actores políticos y sociales.

La Iglesia católica expresó su “profunda preocupación por el rumbo que está tomando la crisis social y política en Bolivia” y exigió a los líderes asumir su responsabilidad histórica para evitar más pérdidas de vidas.

En el documento, titulado “No más hechos de violencia”, la CEB manifestó su más sentido pésame a las familias de los fallecidos y afirmó su rechazo rotundo a la confrontación como vía para resolver diferencias. “La violencia no puede ni debe convertirse en el mecanismo para resolver las diferencias, en este sentido, manifestamos nuestro rechazo firme a toda forma de violencia. La confrontación nunca es el camino para solucionar los problemas, ya que genera una espiral de violencia causando daños irreversibles como es la muerte de personas”, señala el texto.

Asimismo, la institución religiosa subrayó que “ninguna causa política o social justifica la pérdida de vidas humanas” y calificó de “inaceptable” que las reivindicaciones sociales deriven en actos criminales o en el uso de armas contra servidores públicos o civiles.

Frente a este escenario, la CEB reiteró que la solución a los conflictos debe construirse a través del diálogo y la voluntad política. “Exhortamos a todos los actores políticos, sociales, indígenas, campesinos, vecinos y autoridades a dejar de lado acciones violentas e intereses particulares para buscar juntos una solución pacífica”, indica el comunicado.

La institución advirtió sobre la “creciente división política y social”, y describió una situación marcada por “enfrentamientos entre bolivianos, bloqueos, escasez de alimentos y uso de armas”, que, según afirman, “nos están llevando por un rumbo peligroso”. En este sentido, alertaron: “Es urgente detener esta espiral de odio y muerte que solo traerá más dolor y división”.

Con un tono más enérgico, la Conferencia Episcopal exigió a los líderes del país “evitar más pérdidas de vidas humanas y asumir con madurez y responsabilidad histórica este momento difícil”.

En su mensaje, también se dirigió a la ciudadanía en general. “A la sociedad entera le pedimos No dejarse arrastrar por la violencia ni el fanatismo. Invitamos a todo el pueblo boliviano a unirse en oración y reflexión”, concluye el llamado, pidiendo a Dios la gracia del reencuentro y la intercesión de la Virgen María por la paz en Bolivia.