El 93% de los adolescentes tiene un celular con acceso a internet
La mitad de los padres optan por un control activo y la otra mitad por un control restrictivo
El 93% de los adolescentes en Bolivia tiene un celular con acceso a internet, lo que evidencia una conectividad casi universal en este grupo etareo. Sin embargo, este acceso masivo los expone a una serie de riesgos, desde el contacto con desconocidos hasta la violencia digital, según revela el estudio “Navegando entre riesgos invisibles y oportunidades reales”, elaborado por el Instituto de Investigaciones en Ciencias del Comportamiento (IICC) de la Universidad Católica Boliviana, en colaboración con Save the Children, lInternet Bolivia, ChildFund y la ONG Realidades.
El informe, basado en una encuesta a 1.200 adolescentes de entre 13 y 17 años en áreas urbanas, muestra que la incursión en el mundo digital comienza a una edad muy temprana. El 53% de los encuestados empezó a usar internet durante su edad escolar (entre los 6 y 11 años).
Por otro lado, el teléfono celular es el dispositivo predominante, con un 86% que lo utiliza de manera “muy frecuente”, muy por encima de las computadoras de escritorio (19%) o las tabletas (8%).
Las aplicaciones más usadas son WhatsApp (83%), TikTok (80%) y YouTube (77%).
De acuerdo con el estudio, un 77% de los adolescentes ya cuenta con un perfil en alguna red social, una cifra que asciende al 82% en el grupo de 15 a 17 años.
El principal lugar de conexión es el hogar (88%), seguido por la casa de familiares o amigos (40%).
RIESGOS
El 44% de los adolescentes contactó con personas que no conocía personalmente. De este grupo, un 41% llegó a encontrarse cara a cara con dichos contactos (el 86% con alguien de su misma edad o de una edad similar). En el 14% de esos encuentros, la persona resultó ser un adulto. Si bien el 52% informó a sus padres sobre el encuentro, un 18% no se lo contó a nadie.
Por otro lado, un 21% afirmó haber recibido un trato ofensivo o desagradable a través de internet. Tras estas experiencias, solo un 29% recurrió a sus padres como figura de apoyo, mientras que un preocupante 31% optó por guardar silencio y no hablar con nadie. El estudio también encontró que un 12% de los adolescentes admitió haber sido autor de bullying o ciberbullying.
Con relación a la violencia de carácter sexual, el 15% de los encuestados reportó haber recibido mensajes con contenido sexual. Esta situación afecta en mayor medida a las mujeres (17%) que a los hombres (12%).
La reacción emocional ante estos hechos muestra una clara diferencia de género: mientras que el 84% de las adolescentes que recibió estos mensajes se sintió mal, solo el 47% de los varones reportó el mismo sentimiento.
Asimismo, el informe señala que un 22% reportó que alguien usó su información personal de forma inadecuada y un 20% que alguien accedió a su contraseña sin permiso. Además, un 9% dijo que alguien creó una página o imagen sobre él que fue ofensiva.
El estudio, por otro lado, revela que el rol de los padres en la vida digital de sus hijos se divide principalmente en dos enfoques: la mediación activa, basada en el diálogo y la orientación, y la mediación restrictiva, centrada en el control y los límites.
Si bien la mitad de los adolescentes percibe una mediación activa por parte de sus padres, el informe destaca un hallazgo importante: una menor mediación restrictiva se asocia con una mayor autopercepción de habilidades digitales. Por ejemplo, el 81% de los jóvenes con baja restricción parental reporta tener altas habilidades operacionales, en contraste con el 68% de aquellos con alta restricción.
El informe también señala que las medidas de control, como limitar el tiempo de uso o confiscar dispositivos, a menudo son eludidas por los adolescentes, mientras que la mediación activa se ve desafiada por el limitado conocimiento digital de los propios padres.
REFLEXIÓN
Para la directora de la ONG Realidades, Tahí Ábrego, uno de los hallazgos más preocupantes del estudio es la normalización de la violencia en el entorno digital. “La violencia facilitada por la tecnología, está siendo normalizada en las experiencias de los niños, y adolescentes y eso dificulta que se reconozca”, alertó en una entrevista con Correo del Sur Radio (FM 90.1 y AM 980).
Esta violencia, explicó, adopta múltiples formas, como el ciberbullying entre pares, el ciberacoso que busca “atemorizar, enfadar o humillar a las personas”, y el “grooming”, que describió como “un tipo de engaño en línea en el que un adulto se hace pasar por alguien más joven para ganarse la confianza de un menor de edad con fines sexuales”.
Ábrego también reflexionó sobre el rol de los padres, y destacó la diferencia entre la “mediación activa”, que implica diálogo y enseñanza, y la “mediación restrictiva”. Explicó que muchos padres intentan regular el uso de internet con reglas estrictas o quitando los dispositivos, pero estas medidas no siempre son efectivas. Los adolescentes, señaló, a menudo logran eludir estas restricciones y terminan navegando “ajenos a la comunicación y a la orientación que puedan recibir de sus padres y madres”.
“Es muy importante la alfabetización digital de los padres y madres, para que ellos puedan orientar adecuadamente a sus hijos e hijas”, concluyó Ábrego.
IMPACTO
El 93% de los adolescentes urbanos accede a internet desde un celular, una conectividad que también trae riesgos: el 44% contactó con desconocidos y un 40% de ellos llegó a encontrarse cara a cara con esas personas, de las cuales un 14% eran adultos.