¿Qué tipo de fin de ciclo encaran los bolivianos?
Tras 20 años, el saliente MAS apenas estará representado en el Parlamento, ¿pero deja de tener peso lo nacional popular en el país?

Con el Partido Demócrata Cristiano (PDC) y la Alianza Libre rumbo a la segunda vuelta electoral, Bolivia está ante un nuevo ciclo político que llegará con cambios que pueden ir desde más drásticos y radicales a moderados, dependientes de quién triunfe en el balotaje y asuma el control y la administración de la Presidencia de Bolivia y del Órgano Ejecutivo.
“Los ciclos terminan (…) y empiezan nuevos ciclos. Y este es un nuevo ciclo popular, es un nuevo ciclo democrático, es un nuevo ciclo nacional”, sostuvo el candidato a la presidencia del PDC, Rodrigo Paz, esta semana en Correo del Sur Radio. El senador logró el primer lugar de la mano de su vicepresidenciable, Edman Lara, con quien conquistó los bastiones del MAS. El partido azul dejará el Gobierno luego de dos décadas con el lastre de la crisis económica y su división interna, dos factores decisivos para su debacle.
“Es el fin de ciclo y la conclusión de una larga, nefasta, aciaga noche (…) Congresalmente están derrotados (por el MAS), ahora tenemos que derrotarlos en todas las esferas”, resumió en una entrevista con Agustín Laje el exmandatario Tuto Quiroga, presidenciable de Libre.
Paz anunció la redistribución de recursos a favor de las regiones bajo la fórmula 50-50 con el nivel central; reducción del déficit, recorte de la subvención a los hidrocarburos, salvo para “las grandes mayorías”, a la par de promesas de bonos.
Tuto, por su lado, plantea un recorte agresivo del gasto público, libre comercio, préstamos de organismos internacionales por 12.000 millones para restablecer el flujo de dólares y levantar la subvención excepto para el transporte público, inicialmente.
LA NECESIDAD DE ACUERDOS
“Ningún nuevo ciclo podría desarrollarse sin que se tomen en cuenta a todos los sectores. Yo creo que una de las características de un nuevo ciclo, veremos si logra configurarse, debe ser cabalmente el de evitar la exclusión como ha ocurrido en distintos momentos”, expresa en Correo del Sur Radio el analista político Daniel Valverde.
Remarca que el nuevo ciclo tendrá que ser inclusivo y basado en grandes acuerdos entre sectores antes antagónicos, dado que además obligará a ello la composición del Parlamento y la crisis.
“No hay todavía elementos para afirmar si va a haber un nuevo ciclo político o va a haber alguna modificación de prácticas que están muy devaluadas en la política”; cita los desacuerdos, la “guerra insulsa” dentro de la Asamblea Legislativa Plurinacional y el sectarismo.
El politólogo y expresidente del Órgano Electoral, José Luis Exeni, declara en Deutsche Welle en español que ya hubo un cambio al haber pasado de “un ciclo de dos décadas de lo que se conoce como sistema de partido predominante” a uno “de pluralismo moderado o limitado”.
“Es un fin de ciclo también en el modelo económico. Ya no estará tan centrado en el Estado, era un modelo Estadocéntrico y ahora seguramente tendrá más presencia del mercado, economía informal y el capitalismo popular”.
Aclara, sin embargo, que no es el fin de lo nacional popular.
Justamente a los sectores populares que fueron base del MAS estuvo apelando el excapitán de Policía Lara, con un discurso anticorrupción y promesas de bonos.
Además, conocidos los resultados, sindicatos campesinos y cooperativistas auríferos, antes afines al MAS, ya expresaron su apoyo a la dupla Paz-Lara.
El Parlamento saliente está conformado por tres fuerzas políticas: el MAS, Creemos y Comunidad Ciudadana, mientras que el entrante tendrá presencia de cinco: PDC, Libre, Unidad, Alianza Popular, Súmate y MAS, las tres primeras mayoritarias, pero ninguna con los dos tercios necesarios para aprobar las reformas prometidas, por lo que habrá que sellar pactos.
Valverde valora el retorno al pluralismo político y el fin del rodillo hegemónico que, recuerda, fue celebrado por muchos.
EL PESO DE LA ECONOMÍA
Daniel Valverde hace notar que la economía puede generar grandes rupturas pero también grandes acuerdos y recuerda lo ocurrido durante el último gobierno de Víctor Paz Estenssoro que, ante la hiperinflación de 1985, dictó el decreto supremo 21060 que acabó con el modelo estatista con la aquiescencia de los partidos de entonces.
“Está, dentro de la crisis, dada también la oportunidad para que muchas cosas mejoren y cambien”, manifiesta.
En una anterior entrevista, el economista y cientista político Carlos Toranzo recordó que en 1985 organizaciones como la Central Obrera Boliviana (COB) “miraron para otro lado” cuando el DS 21060 supuso despidos en el sector estatal, ya que la crisis había llegado al descalabro.
Valverde hace notar que el nuevo Gobierno tendrá que atender a los sectores afectados por las medidas económicas y habrá que dialogar dentro y fuera de la Asamblea.
EN LA ASAMBLEA
Mayorías: El PDC se consolidó como la primera fuerza al obtener 45 escaños en Diputados según un cálculo no oficial, a la espera de lo que establezca el Órgano Electoral. En segundo lugar se posicionó Libre con 37 curules. La tercera fuerza clave para la gobernabilidad será Unidad, que logró 26 asambleístas.
Estos tres frentes suman 108 de los 123 diputados, además de los siete especiales. Ni el PDC ni Libre alcanzan la mayoría absoluta necesaria para gobernar en solitario, menos dos tercios.
En el Senado son 16 curules para el PDC, 12 para Libre, 7 para Unidad y 1 para Súmate.
Minorías: El MAS-IPSP quedó reducido a un solo escaño plurinominal en Diputados. APB-Súmate obtuvo seis curules, mientras que la Alianza Popular (AP), de Andrónico Rodríguez, consiguió ocho.
DEL CÓMPUTO
Primero y segundo: El PDC ganó la primera vuelta con el 32,06% del respaldo popular (1.717.532 votos), seguido por Libre con el 26,70% (1.430.170 votos).
El MAS, salvado: El MAS-IPSP logró 169.887 votos que equivalen al 3.17% del total de válidos; salvó su personalidad jurídica por un margen de 0,17%, unos 9.000 votos.
Evo y el voto nulo: Los votos nulos sumaron 1.371.049, es decir, 19.87%, “un tercer lugar” por delante de Unidad, si fueran válidos. El expresidente Evo Morales, con orden de aprehensión y fuera de la carrera electoral, convocó a votar nulo en estas elecciones y además se atribuyó los votos blancos y los electores ausentes.
Sin personería: La Fuerza del Pueblo UCS y Libertad y Progreso ADN no alcanzaron el 3% del total de votos válidos, con lo cual corresponde que pierdan su personalidad jurídica. La primera logró 89.253 votos (1.67%) y la segunda 77.576 (1.45%).
Áreas rurales y suburbanas: En un mapa digital elaborado por Mauricio Foronda se advierte que el apoyo al binomio del PDC se extendió por la región andina y en ciudades menos pobladas y poblaciones rurales.
El peso popular y el balotaje
“Bolivia es un país donde lo popular tiene un peso importante, mayoritario. Quien no entienda esa situación va a estar siempre haciendo política de manera marginal”, manifiesta el analista Daniel Valverde al referirse a la victoria del binomio Paz-Lara, pero también al giro de Tuto Quiroga, que se muestra más dinámico y ya no solo ligado a capas medias.
A ambas duplas no les bastarán las consignas ya que el país necesita “sanar las heridas, las fisuras, algunas bicentenarias”, dice.
“Es un proceso largo y creo que las exigencias del electorado van a ir por eso: escuchar propuestas”, indica y advierte de las consecuencias de dejarse llevar por la desinformación, los discursos de odio o la polarización, como ya ocurrió con Lara.
Sin embargo, el también analista Andrés Gómez recuerda en redes sociales que en elecciones gana el que activa neurotransmisores que desatan emociones.