Gobierno de Bolivia en contra de la revolución de las mujeres de Irán

El 2022 será el “Año de la Revolución Cultural para la Despatriarcalización por una Vida Libre de Violencia Contra las Mujeres”, así lo anunciaba en enero la Ministra de la Presidencia, María Nela Prada

La embajadora de Bolivia en Irán presentando sus credenciales al ministro persa de Exteriores, Mohamad Yavad Zarif. La embajadora de Bolivia en Irán presentando sus credenciales al ministro persa de Exteriores, Mohamad Yavad Zarif.

Jazmín Serrano Ramírez  
Tribunales / 11/10/2022 01:07

El 2022 será el “Año de la Revolución Cultural para la Despatriarcalización por una Vida Libre de Violencia Contra las Mujeres”, así lo anunciaba en enero la Ministra de la Presidencia, María Nela Prada; en su intervención, afirmó que se identificó al patriarcado como la causa principal y estructural de los hechos de violencia que se producen en contra las mujeres y señaló que se trata de un sistema de opresión, dominación y explotación, “el más antiguo de la humanidad contra las mujeres”, a tiempo de dar a conocer datos estadísticos sobre el tema. (La Paz, 6 de enero, Viceministerio de Comunicación). 

Hace unos días, el Presidente Luis Arce, propuso ante la Organización de Naciones Unidas 14 desafíos a la comunidad internacional para enfrentar la crisis multidimensional del capitalismo y avanzar en la construcción de un mundo “más justo”, sobre la base del multilateralismo y el respeto a la soberanía. El desafío 11 fue la declaración del Decenio de la Despatriarcalización para luchar contra toda forma de violencia hacia las mujeres y niñas, paralelamente, se reunió con varios presidentes, entre ellos el de Irán. (Los Tiempos, 22 de septiembre de 2022)

Hasta cuándo toleraremos el cínico discurso acompañado de “cifras”, porque en sus estadísticas quedamos reducidas, creen que sus “datos” les bastan para comprender la lucha, a eso reducen la violencia contra la mujer, pero de mujeres trans no, porque de ellas no habla el gobierno, a ellas no las incluyen ni las mencionan, hasta ahí llega su “análisis”, hasta ahí nos hacen el “favor”. 

El Presidente del Estado dice que quiere luchar contra toda forma de violencia hacia las mujeres y niñas, pero la Embajadora de Bolivia en Irán, Romina Peréz, habló en nombre del gobierno, señalando que, “Nuestro gobierno condena los recientes disturbios en Irán, perpetrados por los sionistas británicos y estadounidenses, y estamos seguros de que todos los problemas se resolverán con la solidaridad, el conocimiento y la comprensión del querido líder de Irán”. (infobae, 9 de octubre de 2022)

¿Será que la embajadora Pérez o el Presidente saben sobre la brutalidad de la represión iraní, que, según la ONG Irán Human Rights, ya dejó 185 los muertos, entre ellos, 19 niños?

¿Será que el gobierno de Bolivia está en contra de la revolución de las mujeres de Irán contra un régimen de apartheid de género?

Las manifestaciones en las calles contra el gobierno de Irán comenzaron por la muerte de Mahsa Amini (22 años) bajo custodia policial, ella fue detenida por la policía moral el 16 de septiembre por llevar de forma “inadecuada” su velo o “hijab”. Las autoridades indicaron que la causa fue un ataque al corazón producto de problemas de salud que la joven arrastraba, sin embargo, el padre negó que su hija tuviese problemas de salud previos y reportes indicaron que la joven fue violentamente golpeada en la cabeza y contra un patrullero. (Human Rights Watch, 27 de septiembre de 2022)

La indignación ante lo sucedido despertó la fuerza de protesta de todo un país a la cabeza de mujeres, no solo por el hijab obligatorio, sino por toda la desigualdad de la que son víctimas.  Ciudades de todo Irán están viviendo las manifestaciones de las iraníes, en su tercera semana. Como punto central se exige responsabilidad por la muerte de la joven, demandando el fin de la violencia y discriminación contra las mujeres, empezando por el estricto código de vestimenta.

De acuerdo con los reportes de Naciones Unidas, a pesar de que las protestas se han dado de forma pacífica, estas han sido respondidas con violencia impartida por las fuerzas de seguridad iraníes. Como resultado, se han reportado muertes de manifestantes durante las protestas mientras que decenas más han resultado heridas y miles fueron detenidos por la policía. Sin embargo, las restricciones gubernamentales han dificultado el reporte de estas cifras.

Casi la mitad de los fallecidos fueron identificados en la localidad de Zahedán, en la provincia de Sistán y Baluchistán, donde 90 personas perdieron la vida durante una marcha celebrada el 30 de septiembre para protestar por la violación de una niña baluchí de 15 años por parte del jefe de la Policía de Chabaha. Además, un reciente reporte de Irán Human Rights responsabilizó a las fuerzas de seguridad por el asesinato de la joven Sarina Esmailzadeh, quien murió a golpes el 22 de septiembre,  “Después de revisar las pruebas y hablar con testigos presenciales y fuentes cercanas, Irán Human Rights confirma que Sarina ha sido víctima de un asesinato llevado a cabo por las fuerzas de seguridad del Estado”, denuncia la ONG, antes de acusar a los elementos próximos al régimen iraní de intentar encubrir su muerte como un suicidio. (infobae, 9 de octubre de 2022)

Sin embargo, Romina Pérez, a nombre de Bolivia, a nombre del gobierno de Luis Arce, quien hace unos pocos días pedía a la ONU la declaración del decenio de despatriarcalización, apoya la brutalidad de las represiones y condena las protestas en las calles de Irán. Así instrumentaliza el gobierno boliviano a las mujeres, el feminismo y la lucha, así nos violenta en sus discursos vacíos que no buscan otra cosa que tapar las acciones cómplices y reproductoras del sistema patriarcal, debería darles vergüenza. 

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