Semilla de cine

Humberto Ríos nació en la ciudad de Sucre y no en la ciudad de La Paz como muchos medios informaron cuando dieron a conocer la noticia de su deceso el 8 de noviembre del año 2014 en Buenos Aires.

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Humberto Mancilla
Tribunales / 02/11/2022 23:58

Humberto Ríos nació en la ciudad de Sucre y no en la ciudad de La Paz como muchos medios informaron cuando dieron a conocer la noticia de su deceso el 8 de noviembre del año 2014 en Buenos Aires.

Unas semanas antes de su partida, con Humberto Ríos Toro, el Negro como le llamaban cariñosamente muchos cineastas, nos vimos en el Festival de Cine de las Alturas en la ciudad de Jujuy; en realidad, él había gestionado nuestro encuentro para continuar trabajando sobre la semilla que se había lanzado el año 2013 con la fundación de la Escuela de Cine Documental de los Derechos Humanos y de la Naturaleza ( Escuela de la Naturaleza) en el marco del Festival Internacional de Cine de los Derechos Humanos de Sucre.

Recuerdo que en el Festival de Jujuy se organizó una mesa redonda para informar sobre la creación de la Escuela de la Naturaleza y el entusiasmo que él demostraba por el emprendimiento que nos comprometía a ambos.

Humberto Ríos partió muy pronto dejando la Escuela de la Naturaleza con apenas 1 año, su participación en los Talleres de Cine Documental (TIDOC) fue vital y se organizaron gracias al apoyo del Programa Ibermedia.

Los años 2011, 2013 y 2014 lo invitamos al Festival de Sucre y él como profesor se hizo cargo de las materias de cine documental y de historia del cine latinoamericano.  

Su partida dejó un vacío muy profundo, especialmente cuando el proceso comenzaba a tomar cuerpo, pero al mismo tiempo había previsto un año antes, que esta experiencia debía conocerse, adscribirse a la Federación de Escuelas de Cine de América Latina y participar de su organización. 

El Negro aspiraba una Escuela de Cine en su ciudad natal y el Festival “Pukañawi” había encendió estas esperanzas, se trabajó para crear las condiciones y se comenzó a ofrecer becas y enseñar a jóvenes partir de los 16 años adelante.

Humberto Ríos tenía 80 años cuando volvió el año 2011 a Sucre y contaba que tuvo que salir niño junto a su familia por razones políticas.

Boliviano, chuquisaqueño de nacimiento y desconocido por muchos hasta que llegó al Festival de cine cargando una memoria y una historia de cine latinoamericano que no conocíamos.

Un poco de su historia. 

Humberto Ríos viajo niño a la Argentina, pero había asistido al cine en Sucre, sus recuerdos, según relató estaban atravesados por proyecciones de sombra en las sabanas del patio donde vivía. 

Sus recuerdos estaban marcados por su viaje en tren de 4 días encerrado y por haber visto el mar llegando a Buenos Aires Estudió Bellas Artes, era pintor y le interesaba la escenografía.

En la década de los años 50, una beca lo llevó hasta Europa. Los datos que recogimos dan cuenta que trabajó de cartonero, se enfermó y una foto de unos niños le impulsó a estudiar cine. 

La foto, de acuerdo a su propio testimonio, correspondía a la película Tire Die de Fernando Birri que estudiaba cine en Italia.

Estudio cine en el IDHEC de Paris y entre los cineastas de esa generación, conoció a Costa Gavras.

Eran los tiempos de la “Nueva Ola” y de la aparición de la revista Cahiers du Cinema fundada por André Bazin en 1951 que comenzó a explicar un cine de vanguardia que había decidido retratar la realidad, buscar otras formas de percepción y desarrollar personajes.

Los nombres que sonaron de esta nueva vanguardia fueron Francois Truffaut, Jean-Luc Godard, Jacques Rivette y n estas aguas se movía un boliviano.

Bazin definió el cine como el arte de lo real y apareció el movimiento del cine de autor, donde el director se proclamaba por encima de todo. Surgieron nuevas teorías y el cine gozaba de un gran capital simbólico.

Esta coyuntura estuvo marcada por la guerra de independencia de Argelia y Francia se había nombrado ministro de cultura a André Malraux, quien apostó por una importante legislación a favor del cine. 

Humberto Ríos en esa época colaboró   con un grupo de activistas a favor de Argelia y se salvó de no caer preso. Volvió a Buenos Aires gracias a la ayuda de una reportera de TV y sus estudios de camarógrafo y director había concluido.

En Argentina comenzó a trabajar con Fernando Solanas y el Grupo de Liberación. Su primer documental que se llamó “Faena” en 1960 sobre los mataderos, haciendo una metáfora a los campos de concentración. Su trabajo de ficción se llamó “Eloy” una coproducción entre Argentina y con Chile. En 1971 estuvo filmando en Bolivia “Al grito de este pueblo” y luego fue el camarógrafo de “México, la revolución congelada” de Raymundo Gleyzer que fue asesinado por la dictadura militar.

Sus estudios de cine le habían permitido definir como una herramienta al cine para el sentimiento, para la ideología y en este caso, era claro al señalar que el cine debia servir para ayudar a la liberación y era natural crear militancia.

Junto con otros cineastas y en base al análisis de la realidad, el cine no podía ser un solo un juego para el entretenimiento.

Estas ideas comenzaron descubrirse en “Al grito de este pueblo” sobre la situación de los trabajadores minero y la Asamblea Popular antes del Golpe de Estado de 1971 y “México, la revolución congelada” en 1974 haciendo ver que el enemigo estaba en el mismo proceso.

En México y profesor de la UNAM planificó junto a los estudiantes “Para vencer el olvido” para hablar del exilio argentino y pensando en el retorno a la democracia.

Otro proyecto y que se configuró con Rodolfo Mira desde la Escuela de Cine ENERC fue “el documental desde el documentalista” una revisión de identidad y el misterio por la batalla por el cine.

Continuará…

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