¿Qué nos dejó el paro cívico en Santa Cruz?

Santa Cruz ha estado viviendo un panorama critico respecto a las formas de protestas organizadas por el comité cívico, el paramilitarismo juvenil cruceñista y la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno (UAGRM).

Denilson Montaño Segovia, Licenciado en Trabajo Social, activista transfeminista e investigador. Denilson Montaño Segovia, Licenciado en Trabajo Social, activista transfeminista e investigador.

Denilson Montaño Segovia
Tribunales / 06/12/2022 08:09

Santa Cruz ha estado viviendo un panorama critico respecto a las formas de protestas organizadas por el comité cívico, el paramilitarismo juvenil cruceñista y la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno (UAGRM). El paro cívico era una disputa directa al estado la fecha de la realización del censo en el Estado Plurinacional, su poder de convocatoria era sostenible por sus lineamientos principales. 

Primero, el regionalismo destacó principalmente en las formas de visualizar a Santa Cruz con aspiraciones coloniales, negando la plurinacionalidad, porque la cruceñidad es retratada con el hombre blanco heterosexual, borrando identidades y cuerpos morenos, indígenas y diversos que habitan en este territorio. Además, el regionalismo cruceño ha detonado la amenaza de revisar la relación de Santa Cruz con el estado boliviano porque la agenda cívica cruceñista carece de un sentido común y construcción popular por el bienestar de todas las personas.

Segundo, la romantización de los puntos de bloqueo a nombre de la unidad, olla común y paz, los medios de comunicación hegemónicos jugaron un rol mediático invisibilizando la violencia cotidiana y generando un cerco mediático, por eso los otros departamentos de Bolivia no sabían cuál era el panorama cruceño, nos informábamos de las vulneraciones de derechos humanos por las víctimas que registraban el hecho y difundían en plataformas digitales.

Tercero, los fundamentalismos han hecho de la protesta un ejercicio de poder sobre las personas; porque el fundamentalismo cívico reproduce una lógica patronal, religiosa y fascista contra las personas y movimientos populares que ejercemos nuestro derecho a la diferencia, porque nos quieren introducir el miedo como recurso de dominación. 

Ubicar estos lineamientos es importante para iniciar la búsqueda de justicia contra todo acto racista, machista, clasista y discriminatorio que vivimos durante los 36 días de impunidad y bloqueo cívico. 

El paro/bloqueo cívico nos dejó con rupturas entre todas y todos, no podemos vivir como si no hubiera pasado nada, el poder elitista nos quiere insensibles y nada solidarios, nos quiere individuales a su servicio de mercado y consumo, nos quiere indiferentes a la violencia para normalizarla y hacer de ella una herramienta de hostigamiento hacia el otro/a que piensa diferente.

¿Qué pensará la vecina del barrio que bloquearon su libertad de tránsito?, ¿Qué pensará el enfermo al que bloquearon la ambulancia en un punto de bloqueo? o ¿Qué pensará ahora mismo la joven que fue humillada en el punto de bloqueo próximo a la universidad pública? pregunto aquello, porque me moviliza el espíritu de justicia, me movilizan las convicciones que he construido desde abajo con mis compañeras feministas y compañeros de distintas latitudes y movimientos por la soberanía de los pueblos y la justicia social. 

El paro/bloqueo cívico nos dejó una brecha de desigualdad entre pobres y ricos; mientras la clase privilegiada estaba en su punto de bloqueo con toldos, churrascos y bebidas, el pobre cumplía un rol de vigilancia de los puntos de bloqueo por el intercambio de hojas de coca, cigarrillos, alcohol y tal vez comida. 

Las calles y avenidas de Santa Cruz se convirtieron en puntos de cobro de peajes continuo, bajo la lógica ¨si paga, pasé¨, esta fue una de las acciones que realizó la clase baja porque no tenían nada que comer.

El problema no es el pobre que pide una moneda, el problema es como el paro/bloqueo constituyó una acción alejada de la realidad de la clase media y baja de esta ciudad, evidenciándose en que las decisiones del bloqueo cívico fueron desde el privilegio de la elite cruceña. Mientras ellos contaban los días de paro cívico a nombre de la ´´libertad´´, las familias cruceñas que comer.  

El paro/bloqueo cívico nos dejó una muestra clara de cómo el patriarcado se renueva en el cuerpo de las mujeres como reproductoras de la violencia; porque además del lugar designado de las mujeres en la lucha cívica en la esfera pública debe responder a sus vidas con el rol que cumplen en ámbito privado, la designación es a base de una agenda y decisión masculina. 

El paro/bloqueo cívico nos dejó con mucha normalización a la violencia, la censura contra el pensamiento diferente y libertad de expresión, desde los intentos de hackeo a activistas y organizaciones feministas que resistieron a las decisiones cívicas. 

El caso de Claudia Peña (la piña), es un caso reciente de vulneración de derechos humanos, los últimos días del bloqueo cívico a raíz de una publicación por la cual ella expreso su crítica ha tenido una repercusión negativa, siendo ella víctima de amenazas con mensajes, llamadas de odio y racismo, fue despedida de su área laboral sin justificación alguna por sus declaraciones.  

Las compañeras de la Casa de la Mujer fueron invadidas por continuar con la labor de atención a víctimas de violencia, en sus instalaciones tenían un cartel con un mensaje importante ´´la violencia no para, nosotras tampoco´´, expresando su postura contra el bloqueo patronal. 

El paro/bloqueo cívico ha sido una situación crítica, los movimientos de mujeres, feministas, disidentes y diversidades sexuales hemos estado vigilantes de los 36 días, ejerciendo nuestra desobediencia como un valor significativo ante el abuso de poder, porque sabemos que no es casual que la ultra derecha en Santa Cruz quiera avanzar en la esfera política, aquello responde a cuestiones geopolíticas de disputa de poder, reconocemos que las formas de dominación a nombre de la cruceñidad como instrumento de disciplinamiento. En Bolivia se garantiza la libertad de protesta, pero ¿Quién garantiza justicia por las vulneraciones de derechos humanos? 

Que el fascismo cívico se entere que los feminismos y movimientos diversos en Santa Cruz y toda Bolivia estamos organizadxs en búsqueda de justicia, contra la impunidad y el avance de la ultra derecha porque son un peligro contra nuestras vidas, son un peligro contra un proyecto integral plurinacional que dio vida a los pueblos y el avance de nuestros derechos humanos para todas las mujeres y poblaciones vulnerabilizados por el sistema patriarcal, capitalista y colonial.  

#NOPASARÁN 

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