El Estado Plurinacional en Bolivia y sus problemas

A inicios del nuevo año, se ha celebrado un aniversario más de la fundación del Estado Plurinacional, como sucede cada año en Bolivia; ello por disposición del Decreto Supremo 405 de 20 de enero de 2010

Alan E. Vargas Lima Alan E. Vargas Lima

Alan E. Vargas Lima
Tribunales / 07/03/2023 23:36

A inicios del nuevo año, se ha celebrado un aniversario más de la fundación del Estado Plurinacional, como sucede cada año en Bolivia; ello por disposición del Decreto Supremo 405 de 20 de enero de 2010, en virtud del cual se decreta el 22 de enero de cada año, como día de la “Fundación del Estado Plurinacional de Bolivia”, y asimismo, se declara ese día feriado con suspensión de actividades públicas y privadas a nivel nacional. 

Ello nos brinda la oportunidad para repensar la idea de “Estado Plurinacional” que se tiene en Bolivia, el primero del continente en adoptar esa denominación de país, a nivel internacional; cuyas repercusiones han llegado a otros lugares donde también discutieron la factibilidad de implementar esta idea, como fue el reciente caso del proceso constituyente de Chile.

Recuerdo que en el primer capítulo de mi libro sobre Justicia Constitucional en Bolivia (2021), hice referencia a la configuración constitucional del Estado Plurinacional, intentando indagar sus orígenes o la fuente de dónde provino esta idea en el país, señalando además algunas de sus características más sobresalientes.

Allí se estableció, que fueron las propuestas de las principales organizaciones indígenas, quienes enarbolaron esta idea demandando el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas originarios campesinos, así como también una mayor participación en las actividades del nuevo Estado que se tenía que construir en la Asamblea Constituyente. 

Producto de ello, es que el primer artículo de la Constitución Política del Estado (CPE) aprobada el año 2009, lo caracteriza como un Estado Unitario Social de Derecho Plurinacional Comunitario, libre, independiente, soberano, democrático, intercultural, descentralizado y con autonomías, que se funda en la pluralidad y el pluralismo político, económico, jurídico, cultural y lingüístico, dentro del proceso integrador del país. Y el artículo tercero, refuerza este entendimiento, al señalar que: “La nación boliviana está conformada por la totalidad de las bolivianas y los bolivianos, las naciones y pueblos indígena originario campesinos, y las comunidades interculturales y afrobolivianas que en conjunto constituyen el pueblo boliviano”.

Algo similar sucedió en Ecuador, que en el primer artículo de su Constitución (2008), también se declaró como un: “Estado constitucional de derechos y justicia, social, democrático, soberano, independiente, unitario, intercultural, plurinacional y laico. (…)”.

Ese modelo sui generis de Estado, implantado por el constituyente boliviano, conjuga varios elementos que los encontrarán explicados con mayor detalle doctrinal, y su desarrollo jurisprudencial, en el libro a que hago referencia. 

En todo caso, de lo que se trata ahora es comprender cuáles han sido sus avances, o retrocesos, lo que no es tarea fácil porque requiere de una amplia evaluación integral. Sin embargo, de manera general podemos apuntar algunos aspectos evidentes.

Así, por ejemplo, si bien la configuración del Estado Plurinacional tuvo la virtud de haber consagrado el autoreconocimiento de un país diverso; sin embargo, hay que reconocer que los pasos andados hasta ahora no han sido los más acertados para lograr satisfacer aquellas legítimas aspiraciones de los pueblos indígenas y de la población urbana en su conjunto.

Por ello, se ha manifestado un descontento generalizado en la población boliviana, dado que -en contraste con lo definido por la Constitución-, en estos últimos años, el Estado Plurinacional se ha debilitado a nivel institucional, sobre todo por la actitud arbitraria de un “presidente indígena” que no se subordinaba a la Constitución, sino que, por el contrario, la infringía de manera reiterada, a través de sus continuos intentos de perpetuarse en el ejercicio del poder, después de haberlo ejercicio por más de una década, lo que finalmente derivó en su renuncia (desvirtuando en consecuencia que hubiera existido un presunto golpe de estado) y la posterior sucesión presidencial. 

si bien la configuración del Estado Plurinacional tuvo la virtud de haber consagrado el autore-conocimiento de un país diverso; sin embargo, hay que reconocer que los pasos andados hasta ahora no han sido los más acertados para lograr satisfacer aquellas legítimas aspiraciones”

Por su parte, el Órgano Legislativo, se ha convertido en una instancia subordinada a las determinaciones del Órgano Ejecutivo, cuyas propuestas normativas deben ser aprobadas por órdenes superiores, sin mayor debate ni discusión, y muchas veces sin ningún conocimiento de la ciudadanía, restringiendo además la participación de los sectores de oposición presentes en la Asamblea Legislativa Plurinacional. 

De igual forma, el Órgano Judicial no goza de independencia plena en el ejercicio de sus funciones, dado que existe una constante injerencia política en sus actividades; no siendo posible en ese contexto, garantizar a los bolivianos y bolivianas un acceso a una justicia independiente, imparcial, pronta y oportuna, como proclama la Constitución; asimismo, también es evidente que la elección por voto popular de los magistrados de los máximos tribunales de justicia del país, no ha sido una solución idónea a la actual crisis estructural del sistema judicial del Estado, todo lo cual justifica adoptar una inmediata reforma judicial vía referendo popular; más aún si se considera que la corrupción judicial (falta de idoneidad), la retardación de justicia (mora procesal) y la manipulación política del sistema judicial (politización de la justicia), han sido las causas determinantes del estado crítico en que se encuentra.

En consecuencia, no compartimos el mensaje presidencial, que aparentemente centrado en la unidad y estabilidad económica, ha sostenido que el reciente aniversario del Estado Plurinacional representaría “la consolidación de la Revolución Democrática y Cultural”; cuando en realidad, desde esferas del mismo Gobierno central se está persiguiendo a los opositores, promoviendo continuamente la confrontación entre bolivianos. Ello ha provocado a su vez, la aparición de voces regionalistas que pretenden profundizar la división entre los departamentos del país, lo que no nos asegura una sana convivencia. Entonces, ya es hora de deponer actitudes, y ponernos de acuerdo en un diálogo de manera consensuada y sin condiciones, por el bien de todos(as).

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